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sábado, 12 de junio de 2010

ROMA, CIUDAD MÁGICA

Roma, la Ciudad Eterna, la cuna de un imperio que dominó el mundo antiguo y cuya herencia podemos sentir aún viva; la cúspide del Renacimiento y el Barroco, en definitiva, la capital de un país lleno de tesoros, encanto, hospitalidad y una gastronomía insuperable y mundialmente reconocible.

Sería imposible comprender la historia y el arte occidental sin hablar de la ciudad que, según la leyenda, fundaron Rómulo y Remo el 21 de abril del 753 a. c. Después de siglos de esplendor y derrota, de épocas doradas y años oscuros de decadencia y superstición, hoy podemos admirar todas las maravillas romanas, mezclándonos con sus acogedores habitantes y disfrutar de infinitos rincones y monumentos.

Es imposible, en breves líneas, hacer un relato completo de todos los monumentos que no podernos perdernos, porque siempre tendremos la sensación de habernos dejado algo por ver. Y esto es precisamente lo mejor que tiene la ciudad del Tiber, que nunca nos marcharemos sin la obligación de regresar para completar la visita.

Junto al famoso Coliseo o al Vaticano, existen otras visitas imprescindibles que a menudo quedan
fuera de los circuitos más conocidos como son el Templo de Portuno, el Ara Pacis de Augusto o la encantadora Iglesia de Santa María del Trastevere.


Seguramente no olvidemos visitar Santa Maria la Mayor o San Juan de Letrán, pero es posible que en un único viaje nos tengamos tiempo para acercarnos a la Escalera Santa o San Pietro in Vincoli. No son pocos los viajeros que a pesar de disfrutar del inigualable Panteón de Agripa olvidan visitar la Pirámide de Caio Cesto, el Mausoleo de Augusto o la Isla Tiberiana, porque como todo el mundo sabe, los días de los hombres son finitos, mientras que Roma es…la Ciudad Eterna.

domingo, 9 de mayo de 2010

EL CASTILLO CALIFAL DE BURGALIMAR

Baños de la Encina nos permite acercarnos a varios episodios decisivos en la historia de España. Este encantador rincón de la provincia de Jaén ha sido testigo de varias de las batallas más importantes de de los últimos siglos. La primera de ellas fue la batalla de Alarcos, en 1195, el primero de los intentos de Alfonso VIII de cruzar Despeñaperros. Unos años después, en 1212, a unos pocos kilómetros, en las Navas de Tolosa, una coalición de ejércitos cristianos consigue derrotar al ejército almohade y termina con el Tercer Reino de Taifas, abriendo la puerta hacia el Valle del Gualdaquivir. Finalmente en 1808, los ejércitos napoleónicos sufrirían su primera derrota en campo abierto en la famosa Batalla de Bailén, también a escasos kilómetros de Baños de la Encina.



Junto a su indiscutible valor histórico podemos disfrutar de una incomparable belleza paisajística y patrimonio artístico de primer orden. Basta recordar que en este precioso rincón jienense, situado en las estribaciones de Sierra Morena, se encuentra uno de los castillos más importantes de la provincia, el Castillo de Burgalimar, al que accedemos después de subir por empinadas y recoletas callejuelas llenas de remembranzas medievales y casas blasonadas. Un auténtico placer para aquellos que desean combinar turismo rural y cultural. Desde el altozano donde se encuentra la fortaleza de origen árabe podemos disfrutar una impresionante vista de de todo casco antiguo así del típico paisaje de la zona, con pequeñas lomas cuajas de olivos y carrascas y el embalse del Rumblar. En pocos lugares podemos encontrar una oferta tan amplia para satisfacer los gustos más variados y exigentes





lunes, 19 de abril de 2010

LAS RUINAS DE AMPURIAS















Impresiona imaginar, cómo hace más de 2.500 años, unos valientes griegos cruzaron todo el Mediterráneo en sus trirremes desde su Focia natal, para establecer el rico asentamiento de Emporio. Los restos que podemos contemplar y admirar constituyen los más importantes de la presencia griega en la Península Ibérica.
















El excelente estado de conservación en el que se encuentra el trazado urbano de la ciudad, donde podemos distinguir claramente sus murallas, sus talleres, la disposición de sus viviendas y su ágora, el principal espacio público de las pólis griegas, nos permite experimentar la sensación de estar en medio de una pólis griega con todos sus elementos.
















Junto a los restos griegos, al norte de la ciudad helena, podemos admirar otro importante tesoro: los restos de la ciudad romana, que tras la segunda guerra púnica fue fundada por los legionarios para utilizarla de cabeza de puente en su conquista de la futura Hispania.

Lo más destacado de este segundo yacimiento es la posibilidad que nos da de ver como era una
casa romana, con sus patios, mosaicos y jardines.También destaca la reconstrucción del Foro y una parte de la muralla y su puerta que se ha conservado. Extramuros podemos disfrutar de la palestra, el espacio que los romanos dedicaban a las competiciones deportivas, y el anfiteatro, donde asistían a la lucha entre gladiadores.








domingo, 28 de marzo de 2010

LA CIUDAD MEDIEVAL DE CARCASSONNE (FRANCIA)


Los amantes de los castillos y el mundo medieval tienen una cita ineludible con la bonita ciudad de CARCASSONNE. En realidad, más que una ciudad propiamente dicha, se trata de uno de los recintos amurallados mejor conservados de todo el continente, dentro del cual podemos encontrar maravillas como el castillo, la iglesia gótica y multitud de encantadores rincones y callejuelas que nos transportan al mismísimo medievo.

Las vistas que podemos disfrutar desde sus murallas, sólo son comparables a la vista que tenemos de la ciudad desde el puente viejo sobre el río Aude, que nos ofrece una perfecta panorámica de sus abigarrados muros, torres, almenas y demás elementos característicos de esta maravilla de la arquitectura del país de los cátaros.



La Carcassonne de hoy se inició con la ocupación romana en el 10 a.C. Durante siglos, las fortificaciones se aumentaron y mejoraron. En el siglo V los visigodos construyeron los muros casi impenetrables. La ciudad quedó bajo el control de la Corona francesa en 1247, dando Luis IX, y su sucesor, Felipe III, la oportunidad de reforzar los muros.
Fue durante este período cuando se desarrolló la ciudad nueva.


En los siglos XVII y XVIII, Carcassonne pasó a un segundo plano en cuanto a importancia militar, desmoronándose algunos de sus muros. A mediados del siglo XIX, el Gobierno francés, volvió a restaurar la ciudad a su antigua gloria.





Una vez disfrutada la visita a la ciudadela medieval y el castillo, resulta muy recomendable ocupar la tarde en acercarse a alguno de los espléndidos castillos donde los cátaros ofrecieron su última resistencia. De esta forma terminaremos de completar este viaje a la Edad Media, con toda su magia, misticismo y belleza.